Leonardo Ramos, Country Manager de Clara en México, nos comparte su visión sobre los desafíos y oportunidades en el mercado fintech de América Latina. También subraya cómo la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías están transformando los procesos operativos y financieros, ayudando a las empresas a mejorar su eficiencia y toma de decisiones estratégicas. Además, nos comenta su punto de vista sobre la relevancia de fomentar la colaboración entre bancos tradicionales y fintech para impulsar la inclusión financiera en la región.
¿Cuáles fueron los principales desafíos que encontraron para desarrollar el mercado fintech en Colombia?
Al llegar a Colombia, me encontré con un panorama en el que las finanzas corporativas aún estaban un par de pasos atrás en comparación con Brasil y México, donde la innovación y la tecnificación de las operaciones financieras están mucho más avanzadas.
El principal reto fue cambiar paradigmas y prácticas profundamente arraigadas: explicarles a los equipos financieros que procesos que llevaban realizando por más de 30 años, y que les tomaban más de tres semanas, podían ahora resolverse en unas pocas horas gracias a la tecnología.
En cuanto a tu nuevo capítulo en México, ¿qué particularidades de la cultura e idiosincrasia mexicana crees que se deben tener en cuenta para llevar este producto al mercado?
Creo firmemente que es un error cuando una empresa asume que simplemente copiar y pegar un modelo de negocio de un país a otro funcionará sin problemas. Cada mercado tiene sus particularidades, y es fundamental considerar factores como la personalización, la cultura local, las regulaciones y otros aspectos específicos. Esto implica realizar ajustes que van más allá del producto o servicio, como los horarios laborales o la idiosincrasia del trabajo.
Afortunadamente, llevo 8 años viviendo en México, lo que me ha permitido conocer mejor el mercado y conectar con grandes profesionales. Además, el país tiene una estrecha relación con Estados Unidos y se ha convertido en un espacio multicultural. Aquí conviven personas de Europa, Asia, Norteamérica y otras regiones del mundo, lo que enriquece el entorno laboral al incorporar diversas prácticas y perspectivas.
De cara a lo que viene, ¿cuáles son las principales innovaciones tecnológicas que están implementando?
Nuestro enfoque es generar eficiencias operativas y financieras para las empresas, y a la vez, construir una suite para los CFO que les permita mejorar su toma de decisiones de manera integral.
Hemos evolucionado de ofrecer un solo producto, como las tarjetas de crédito corporativas, a convertirnos en un ecosistema completo de pagos. Nuestro objetivo es empoderar a las empresas para que puedan operar financieramente con mayor claridad y agilidad. Nos mantenemos en constante mejora, generando una interesante combinación entre tecnología y productos financieros.
Uno de nuestros mayores avances es la sección “Insights“, que utiliza lo que llamamos “inteligencia transaccional”. A través de esta herramienta, ayudamos a las empresas a optimizar sus gastos. Por ejemplo, podemos detectar si varias personas dentro de una organización están pagando por LinkedIn de manera individual, lo que genera un costo mayor. En esos casos, les ofrecemos recomendaciones para optimizar esos pagos. Son detalles que a menudo pasan desapercibidos, pero nosotros estamos allí para alertarlos, proporcionando insights de manera proactiva, especialmente a quienes toman las decisiones clave.
Además, hemos automatizado uno de los procesos más demandantes en cuanto a tiempo: la facturación. Este es un reto para todos los actores involucrados, por lo que hemos desarrollado una tecnología que permite, por ejemplo, que cuando una persona realiza una compra con su tarjeta en un comercio, la factura se genera automáticamente.
“Nos mantenemos en constante mejora, generando una interesante combinación entre tecnología y productos financieros.”
¿Cómo ves la AI Generativa en esta área de eficiencia financiera y operativa?
Nos permite categorizar a las empresas en función de su comportamiento de uso, identificando en qué gastan y cómo operan. Esto nos da la capacidad de determinar qué empresas tienen una mayor probabilidad de recibir una línea de crédito, además de evaluar las probabilidades de pago con mayor precisión.
Esta información es sumamente útil para tomar decisiones estratégicas. Muchas tareas que antes requerían validaciones manuales, hoy pueden ser gestionadas de manera automática gracias a los avanzados mecanismos de procesamiento que hemos desarrollado.
Hoy en día, la inteligencia artificial puede reducir entre 30 y 60 minutos diarios de tareas manuales. Por eso, fomentamos internamente el uso de herramientas de IA y IA generativa, siempre con un enfoque responsable, cumpliendo con los más altos estándares y con una clara orientación hacia la protección de datos y la privacidad.
¿Qué rol ves la AI en el futuro de Clara y la industria? ¿Consideras que será un game changer?
Creo que la inteligencia artificial ya es un verdadero game changer, pero la clave está en saber identificar, dentro de toda la nueva información, qué puntos realmente nos van a generar valor. Con el tiempo, la IA se convertirá en algo tan común en los procesos empresariales como lo fue la llegada del internet. Hoy en día, es algo disruptivo e innovador, pero sin duda ha llegado para quedarse y convertirse en una herramienta completamente natural en la industria.
¿Cómo ves la relación entre los bancos tradicionales y las fintechs?
La banca puede llegar a ofrecer más de 50 productos, y cada institución suele especializarse en uno de ellos. Hoy en día, estamos viendo la creación de un ecosistema donde bancos y fintechs se interconectan. Esta relación surge porque, mientras los bancos tradicionales tienen una solidez económica que las fintechs aún no han alcanzado, las fintechs destacan por su velocidad de adaptación y desarrollo tecnológico. En lugar de generar competencia, esto fomenta un espacio de colaboración, construyendo puentes entre ambos tipos de instituciones.
En nuestra región, uno de los mayores desafíos es la falta de acceso a productos financieros, con niveles de inclusión financiera por debajo del 40 % en países como México. La evolución radica en no solo enfocarse en el mercado ya bancarizado, sino en expandirlo para incluir a más jugadores, promoviendo una competencia sana en un ecosistema más amplio y robusto.