
Durante mucho tiempo, la percepción general sobre la AI en el mundo empresarial ha estado dominada por chatbots que responden preguntas frecuentes. Si bien estos sistemas han sido un avance significativo en la automatización de la atención al cliente, la verdadera transformación de la AI ocurre en otra dirección: la Agentic AI es capaz de maximizar la eficiencia y precisión en los procesos de negocio .
La capacidad de la AI ya no se limita a la interacción con los usuarios a través de conversaciones simples. Hoy, las organizaciones pueden aprovechar sistemas donde múltiples agentes trabajan de manera coordinada para realizar tareas críticas en sectores como finanzas, seguros y operaciones comerciales.
Chatbots vs. Agentic AI
Para comprender su importancia, es clave diferenciar entre un chatbot tradicional y un Agente AI. Un chatbot básico está diseñado para manejar interacciones predefinidas: responder preguntas, brindar soporte automatizado y canalizar consultas. Sin embargo, su capacidad de acción es limitada a la estructura de datos con la que ha sido entrenado.
Por otro lado, un Agente AI no solo responde preguntas, sino que también toma decisiones, analiza documentos, extrae información crítica y automatiza procesos. Puede integrarse con otros sistemas para completar tareas sin intervención humana, como la validación de documentos para préstamos, el análisis de riesgos crediticios o la detección de fraudes en transacciones. La diferencia radica en que un agente AI no es solo reactivo, sino proactivo, capaz de ejecutar flujos de trabajo más complejos.
Agente único vs. sistemas multiagente
Si bien un agente AI puede manejar tareas complejas, cuando se le asignan demasiadas responsabilidades al mismo tiempo, su rendimiento se degrada. A medida que aumenta la cantidad de procesos que gestiona, también lo hace su margen de error, afectando la precisión y eficiencia de los resultados.
¿Cuál es la diferencia de los sistemas multiagente? En lugar de depender de un solo modelo que intenta hacer todo, estos sistemas dividen las tareas entre diferentes agentes especializados, permitiendo que cada uno se enfoque en una función específica y optimice su desempeño.
¿Qué beneficios presenta este tipo de sistema?
- Mayor eficiencia: Al distribuir tareas entre agentes especializados, se evita la sobrecarga de un único modelo, mejorando el tiempo de respuesta y la precisión.
- Reducción de errores: Cada agente se enfoca en una tarea concreta, disminuyendo la posibilidad de fallos por sobrecarga de información.
- Escalabilidad: Se pueden agregar nuevos agentes según las necesidades del negocio, sin afectar el rendimiento del sistema.
- Optimización de recursos: Se aprovecha mejor la capacidad computacional al distribuir procesos de manera más equitativa.
- Automatización avanzada: Permiten la ejecución de procesos complejos de principio a fin.
Agentic AI en el Sector Financiero
En un banco, el proceso de aprobación de crédito puede beneficiarse enormemente de un enfoque basado en sistemas multiagente. En lugar de delegar toda la operación a un único Agente AI, se pueden distribuir las responsabilidades entre distintos agentes especializados. Por ejemplo, un agente puede encargarse exclusivamente de la extracción y validación de documentos, asegurando que la información proporcionada sea auténtica y legible. Paralelamente, otro agente analiza el riesgo crediticio, evaluando patrones de pago, historial financiero y capacidad de endeudamiento del solicitante. Finalmente, un tercer agente puede enfocarse en la detección de fraudes, identificando inconsistencias o anomalías en la solicitud.
Esta división del trabajo permite que cada agente AI optimice su rendimiento en una tarea específica, logrando mayor precisión, velocidad y confiabilidad en el proceso de evaluación de crédito. Como resultado, se mejoran los tiempos de respuesta, se minimizan riesgos y se ofrece una experiencia más ágil a sus clientes.
Agentic AI en el Sector de Seguros
La industria de los Seguros también se beneficia del uso de sistemas multiagente, especialmente en procesos que requieren validaciones minuciosas y toma de decisiones basada en múltiples variables. En la suscripción de pólizas, por ejemplo, un agente AI puede dedicarse a revisar y validar documentos proporcionados por el cliente, mientras que otro analiza riesgos basándose en datos históricos y modelos predictivos. Un tercer agente puede calcular tarifas personalizadas en función del perfil del asegurado y los factores de riesgo asociados.
Algo similar ocurre en la gestión de siniestros. Mientras un agente revisa las solicitudes de indemnización, otro puede evaluar la consistencia de la información proporcionada, detectando posibles fraudes. A su vez, un tercer agente puede acelerar la liquidación de pagos en casos que cumplan con todos los requisitos predefinidos, reduciendo los tiempos de espera para los asegurados.
Este modelo no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también fortalece la seguridad y confiabilidad de los procesos.
Colaboración entre agentes
La clave para un sistema multiagente eficiente no es solo la especialización de cada agente, sino su capacidad de colaboración y orquestación dentro del ecosistema empresarial. Para lograrlo, las empresas deben contar con:
- Infraestructura tecnológica adecuada: Integraciones fluidas con bases de datos, APIs y herramientas de gestión empresarial.
- Mecanismos de comunicación entre agentes: Protocolos que permitan compartir información y tomar decisiones coordinadas en tiempo real.
- Supervisión y aprendizaje continuo: Sistemas que evalúen el desempeño de cada agente y ajusten sus modelos según nuevas condiciones del negocio.
Un sistema bien orquestado no solo mejora la eficiencia, sino que también garantiza mayor confiabilidad en los resultados generados por los agentes AI.
El agente Orquestador
En todo sistema multiagente eficiente existe una figura clave: el Agente Orquestador. Este agente no ejecuta tareas específicas del negocio, sino que coordina la interacción entre los demás agentes especializados, asegurando que el flujo de trabajo general se mantenga alineado con los objetivos empresariales.
El Agente Orquestador actúa como el “director de orquesta” del ecosistema AI. Recibe la solicitud del usuario o de otro sistema, define qué agentes deben intervenir, en qué orden, y supervisa la ejecución completa del proceso. Además, gestiona excepciones, reasigna tareas si un agente falla y asegura que todos los resultados parciales se integren correctamente para ofrecer una respuesta coherente y eficaz.
Este rol es fundamental para evitar cuellos de botella, prevenir redundancias y garantizar que el sistema funcione como una unidad sincronizada. Un buen orquestador permite que múltiples agentes colaboren de manera armónica, incluso cuando operan sobre sistemas dispares o procesos altamente complejos.
Desafíos y consideraciones clave
Si bien los sistemas multiagente ofrecen múltiples ventajas, su implementación requiere superar ciertos desafíos:
- Gestión de datos: Asegurar que cada agente acceda a información actualizada y relevante sin generar redundancias o inconsistencias.
- Ciberseguridad: Proteger la comunicación y los procesos entre agentes para evitar vulnerabilidades en la infraestructura.
- Adaptabilidad: Diseñar sistemas que puedan evolucionar a medida que cambian las necesidades del negocio y surgen nuevas tecnologías.
Las empresas que aborden estos desafíos de manera estratégica podrán aprovechar al máximo el potencial de la AI en sus procesos.
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